martes, 2 de junio de 2009

LA OSA






Paine. Hace calor, es enero. Son las dos de la tarde. La perra jadea sin cesar a causa de su tupido pelaje. Es una akita. Durante semanas la hemos visto recorrer los alrededores de la Plaza “Ana Mogas”. Se ve saludable y bien cuidada. Cuatro meses después la reencontramos, está irreconocible: perdió todo el pelo en los costados, está desnutrida, le sangran los codos de tanto rascarse, las patas están hinchadas y toda la piel enrojecida. Diagnóstico: sarna.
Lo que no queríamos creer en el verano, en mayo se nos confirmó rotundamente, la botaron a la calle, ¿por qué?, ¿porque se hizo vieja?, ¿porque come demasiado?, ¿porque sus dueños se cambiaron de casa y no “pudieron” llevársela?. Hay mil razones, sin embargo, el maltrato es uno y tiene sólo un nombre: crueldad, y la Osa hoy sobrevive como puede por las calles, va hambrienta, asustada y muy enferma.
No tiene paradero fijo, por lo que ha sido muy difícil realizarle el tratamiento contra la sarna. Hasta hoy, 25 de mayo, hemos podido inyectarle un par de dosis, para lo cual hemos recorrido prácticamente todo Paine buscándola.

No hay comentarios:

Publicar un comentario