lunes, 6 de julio de 2009

El “Orejas”

¿Han visto a un cachorro rosado?, ¡claro que sí!, en las caricaturas y en las tiendas de peluches. Pero yo les hablo de un perro real, de un cachorro cocker completamente rosado, en carne viva, devorado por la sarna.
Una mañana salimos a la calle decididas a encontrarlo. Durante días no lo pudimos olvidar. La primera vez que lo cruzamos en la calle nos recorrió un estremecimiento. Se movía nervioso, eléctrico, giraba sobre sí mismo como buscando algo, no le quedaba un solo pelo, la enfermedad lo estaba enloqueciendo.
Esa mañana debíamos encontrarlo, y lo encontramos. Estaba echado debajo de una mesa de ping pong en la Plaza “Bernardo”. No estaba solo, dormía con su amigo el “Colo-Colo”, también contagiado de sarna.Bastaron sólo cinco semanas y sólo cinco inyecciones, y hoy pueden verlo sano, bonito, con su collarcito rojo caminando detrás de su amo, acostado a la salida del Montserrat o vagabundeando por la calle Baquedano

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