lunes, 6 de julio de 2009

Podríamos filosofar y también “politiquear”, o crear más pánico con el A H1N1 o preguntarnos hasta cuando Bielsa nos tendrá en ascuas. Pero hoy me recluyo en lo pequeño, en eso a lo que nuestros ojos no le dedican tiempo.
De la población mundial el 75% es callejero. Carecen de lo elemental, sin embargo, cargan con su historia. Improvisando los hemos bautizado: el Oso, la Osa, el Lagartijón, el Orejas, y paro de enumerar para no aburrirte. No tienen casa, no tienen comida, no cuentan con protección, menos con cariño. Son quiltros si, esos despreciados quiltros que escarban tu basura, que enrolladitos duermen en tu esquina y que te olfatean cuando sales del supermercado con las bolsas. Te preguntaste alguna vez ¿cómo llegaron a tu barrio?, ¿por qué desconocidas razones merodean por tu plaza?. Al Oso lo “botaron” por viejo, y quizás a la Osa también,
el Lagartijón está enfermo, sangra, y el Orejas fue un nervioso cachorrito desesperado por la sarna.
Y como ellos, tantos otros vagan e igual que ellos tantos otros vagarán.
¡¡ ¿Los vamos a abandonar por segunda vez?!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario